Lámparas con ADN CUPRA

Informa. Redacción

A primera vista, crear una lámpara de 15 piezas y un coche de más de 5.000 componentes podría tener poco que ver. Pero el proyecto conjunto entre CUPRA y Marset demuestra que la pasión por crear objetos únicos y que generan emociones está por encima de todo. ¿El resultado? Chispa, una lámpara portable, recargable e inalámbrica con clara inspiración en el mundo del motor.

El primer paso creativo fue identificar los puntos de unión entre ambos universos. Las ideas partieron de cómo interpretan la luz cada uno de ellos. “Ambos compartimos la importancia de la iluminación, porque en la automoción la luz es también vital. La luz en un coche es la firma de la marca y está muy conectada con su relación con el exterior”, afirma Francesca Sangalli, responsable de Color&Trim Concept&Strategy en CUPRA. El reto para Joan Gaspar, diseñador en Marset, era trasladar esa conexión. “Nos interesaba diseñar un producto que creara nada más verlo una conexión directa entre los dos mundos, el de la automoción y el del diseño de iluminación”.

La conexión llegó pronto. “Queríamos identificar algo en común entre las dos marcas para definir el nuevo producto y el concepto de Back to the Garage comenzó a tomar forma”, comenta Sangalli. La inspiración es una reinterpretación contemporánea y de alta calidad de la lámpara de los talleres. “La luz de un garaje, la lámpara que todo el mundo tiene en la memoria, todo el mundo conoce este tipo de productos”, afirma el diseñador de Marset.

Partiendo de ese concepto, comenzaron a introducir nuevos elementos para reforzar esa conexión. “Añadimos un gancho para que pudiera colocarse colgada y que fuera portable para poder usarla en el exterior y también dentro del coche, pero había que buscar más recursos. Introdujimos una reja que, además de proteger la bombilla, también hace de reflector y conectaba con las ópticas traseras de los coches, de los faros cuando frenas”, añade Joan Gaspar.

Lámparas con doble vida

Con la idea clara y una vez esbozada, otro de los puntos clave era dotarla del ADN de CUPRA, una marca desafiante poco convencional que está bien definida por el uso de los colores y materiales. “CUPRA se define muy bien por su paleta cromática, basada en las texturas y los acabados que otorgan a sus colores un carácter vivo que varía según en cómo incida la luz en ellos”, según Francesca Sangalli. Para conseguir ese efecto también en la lámpara, la magia se hizo con el uso de una pantalla semitransparente con la que se logra que, al encender la bombilla, su color negro se torne en cobre.

El material más icónico de CUPRA es el Copper, que aparece en todos sus modelos tanto en el exterior como en el interior. “Una de las cosas más interesantes de las lámparas es la doble vida que tienen, encendidas y apagadas. En ambos momentos tienen que emocionar. Además, en este caso es clave, porque apagada se ve de color negro, pero una vez la enciendes… sorpresa, el color de CUPRA se revela”, añade Gaspar

Para terminar de establecer un nexo, los equipos de diseñadores se deciden por un nombre, Chispa. “El nombre pretende esa conexión entre la chispa de la bujía que pone en marcha el motor, pero también la chispa de la electricidad y luego, la de la luz de la bombilla”, comenta el diseñador de Marset. La lámpara, de líneas sencillas, ya es un proyecto simbólico que une dos marcas nacidas ambas en Barcelona. “Era un reto crear un icono, algo que perdure en el tiempo. Creo que la simplicidad, la esencialidad, la perfección de las proporciones, el querer alcanzar la idea de belleza hará que sea un diseño que perdure en el tiempo”, concluye la responsable de Color&Trim Concept&Strategy en CUPRA.